Cuando fui a al escuela, me preguntaron qué quería ser yo cuando fuera grande. Yo respondí: «FELIZ». me dijeron que yo no entendía la pregunta y yo les respondí que ustedes no entendían la VIDA.
John Lennon
Si le hacemos esta pregunta a un niño existen muchas posibilidades de que responda: “¿Yo?, yo quiero ser feliz”
Muchas veces nos planteamos si somos o no felices y nos cuesta responder porque buscamos un espacio de tiempo largo en el que todo nos indique que estamos siendo felices. Otras veces nos pensamos que para ser felices, tenemos que conseguir tal cosa o tal otra. Nos planteamos la felicidad como el resultado de una acción y no como una actitud.
Vivimos pensando en lo que vamos a hacer dentro de un tiempo, planes a largo plazo que nos impiden hacernos conscientes del presente, de las cosas buenas que nos están ocurriendo día a día, valorar y disfrutar lo que tenemos.
Creo firmemente que la felicidad es una actitud y no un resultado, te levantas cada mañana preparado para ver y disfrutar el lado bueno de la vida. Llenar la vida de emociones positivas, alineados con nuestros valores, llenar nuestra vida de actividades que nos hagan fluir, que nos gratifiquen. Aprender a gestionar las emociones negativas y tener control sobre ellas, equilibrio emocional.
Apreciar la belleza de todo lo que nos rodea. Dar el regalo de uno mismo a otros sin pedir nada a cambio, porque es dando como recibimos.
Según estudios científicos y de opinión, la “materia prima” para la felicidad es el AMOR, no hay mayor felicidad que amar y ser amado, sentirse correspondido.
Merece la pena abrir los ojos aquí y ahora para darnos cuenta de todo cuanto nos rodea y por lo que sentirnos felices y agradecidos, el lujo de lo esencial.
Si nos centramos en el objetivo final, nos perdemos todo lo bueno que hay en el camino que recorremos para alcanzarlo.
“La vida es tan incierta, que la felicidad debe aprovecharse en el momento en el que se presenta”
Alejandro Dumas
0 comentarios