¿Qué es ser asertivo?
Cuando pregunto a alguna persona qué es ser asertiva, muchas veces, la respuesta que escucho está relacionada con saber decir “no”. Esta es solo una de las habilidades que caracterizan a las personas asertivas, porque se trata de una habilidad social.
Hace varios años me di cuenta de que, durante toda mi vida había permanecido callada o había accedido a hacer cosas que realmente no quería. Os pongo algún ejemplo: que se me colar alguna persona al subir al autobús y n decir nada, o que mi madre me pidiese llevarla a algún sitio y acceder a hacerlo, aunque a mí me fuera mal porque necesitaba ese tiempo para avanzar en el trabajo.
Entonces me di cuenta de que yo no era una persona asertiva, no sabía ser asertiva y eso me generaba bastante enfado, aunque también lo escondía. Este enfado era el resultado de mi pasividad y mi falta de respeto por mí misma.
Ahora sé que hay una forma diferente de responder, desde el respeto hacia mí misma y hacia los demás, un término medio entre la pasividad que me caracterizaba y la agresividad.
Ser una persona asertiva me permite expresar mis opiniones y emociones, defender mis derechos e ideas de manera adecuada, sin hostilidad ni agresividad, respetando a los demás y a mí misma.
¿Qué es la asertividad?
La palabra asertividad viene del latín assertus, que denota una afirmación sobre la certeza de algo.
ASERTIVIDAD = ME RESPETO + TE RESPETO
Según afirma Olga Castanyer en su libro “La Asertividad”, la asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás.
La buena noticia es que la asertividad se puede aprender. Hay personas que tiene mayor a menor dificultad para hacerlo, pero, de cualquier modo, se aprende a ser más asertivo así que cualquier momento de la vida es bueno para aprender.
La asertividad es el término medio entre la sumisión y la agresividad.
Todos manifestamos conductas sumisas, asertivas y agresivas en mayor o menor grado, aunque es verdad que tenemos una tendencia hacia uno de estos tres patrones de manera natural.
Las personas que tienden hacia la sumisión no defienden sus derechos y opiniones. Tiene la creencia de que las opiniones de las demás personas son más importantes que las suyas. Algunas veces esto puede ocurrir por un exceso de empatía, por colocarse en la piel de la otra persona demasiado, lo que conduce a olvidarse de sí e intentar complacer a los demás. La tendencia a ser una persona complaciente nace de la necesidad de obtener valoración y amor de los demás, como si no se fuese capaz de recibir amor de otra forma que no sea complaciendo a otras personas. Siente que salen perdiendo la mayor parte de las veces. Las personas sumisas o pasivas tienden sobrevalorar la opinión de los demás frente a la suya. Estos pensamientos vienen acompañados de sentimientos y emociones como la inseguridad, miedo, vergüenza o vulnerabilidad. Como consecuencia, las personas sumisas tienden a callarse, sobreadaptarse, seguir el juego o adaptarse a los deseos de los demás.
Las personas con tendencia agresiva defienden demasiado sus derechos, interese u opiniones y se olvidan de los de los demás. Trata de ser siempre el ganador en sus encuentros sociales. Son personas más violentas y reactivas en su forma de comunicarse. Esta forma de pensar va acompañada de sentimientos y emociones como el enfado, la ira, la rabia o la desesperación. Como consecuencia, las personas agresivas tienden a imponer su criterio, abusar de otras personas y faltar al respeto.
Características de la asertividad
Hay una serie de creencias que hacen posible mejorar la asertividad tales como que todas las personas tienen derecho de pedir apoyo; todos tenemos el derecho y la libertad de expresarnos. Las personas tienen derecho a decir “no”, la libertad de decidir cuándo ayudar a los demás y cuándo no hacerlo.
Las personas asertivas reúnen una serie de características comunes como son:
- La confianza, se conocen y confían en sí mismas.
- El respeto, por sus propias creencias y criterios y por los de las demás personas.
- Una mente abierta. Aceptan y emiten críticas.
- Su comunicación verbal es fluida y coherente con la no verbal.
- La escucha activa; saben escuchar a través de la comunicación verbal y no verbal.
- La empatía; comprender y acoger la emociones propias y ajenas.
- Equilibrio y serenidad para afrontar el conflicto. Saben dialogar y llegar a acuerdos.
- Capacidad para expresarse verbal y emocionalmente.
- Adaptación; responder de manera eficaz a las circunstancias cambiantes.
Técnicas asertivas
Técnica del disco rayado
Es una técnica para decir “no” o en situaciones en las que nos critican o nos aconsejan y lo percibimos como un intento de manipulación. Cosiste en dar, en parte, la razón, al contrario, pero sin cambiar nuestro argumento ni decisión.
Consiste en repetir el mismo argumento una y otra vez, de forma paciente y tranquila sin entrar en discusiones:
- Expresa con una frase corta, lo que quieres decir.
- Repite esa frase de forma continuada.
- No des justificaciones, ni pongas excusas ni razones.
Pepa: “Vamos a la cena, será divertido”.
Puri: “Esta noche no me apetece, gracias”.
Pepa: “Venga, no seas así, nos la pasaremos muy bien”.
Puri: “Esta noche no me apetece, gracias”.
Pepa: “¿De verdad me vas a dejar sola con esta gente?”
Puri: “Esta noche no me apetece, gracias”.
- Si el otro insiste, cierra el dialogo.
Puri: “Entiendo Pepa pero, como ya te he dicho no me apetece”
Técnica del banco de niebla
Consiste en reconocer la razón o posible razón que pueda tener la otra persona, expresando a la vez nuestra decisión de no cambiar nuestra conducta:
- No entres en discusión sobre las razones del otro.
- Reconoce lo que hay de cierto en sus declaraciones.
- Ábrete a la posibilidad de que las cosas pueden ser como se presentan.
- Y reafírmate en tu modo de ver la situación, acogiendo que para el otro pueda ser diferente.
Este es un método elegante y directo para que alguien se exprese sin debatir. En este sentido, el enojo que traen dentro sale y uno responde lo menos que puede en la medida de lo posible.
– “¿Qué horas son estas de llegar? Siempre llegas tarde”.– “Si, siempre llego tarde y es evidente que te molesta”.
Técnica “para mí-para ti”
Cuando al manifestar nuestra negativa, podemos ser objeto de presiones, agresiones verbales o críticas injustas para intentar manipularnos:
- Primer paso: Para Ti + (Repetir lo que dijo la persona que critica): «Para ti seré una exagerada”.
- Segundo paso: Para Mi + (Decir algo positivo de uno/a mismo/a): «Pero para mí, soy una persona previsora”.
Técnica de la pregunta asertiva
Consiste en responder pidiendo más información, sin cuestionar lo que nos han dicho, ya sea una crítica hacia nosotros, una situación que nos cuesta creer o comprender, o cuando nos están expresando emociones, o situaciones con las que no estamos de acuerdo.
En lugar de defendernos, contraatacar, juzgar, justificar o intentar que nos den la razón, utilizamos la Pregunta Asertiva para poder abrir un espacio de diálogo, dejando claro que sea lo que sea lo que nos responda, hemos preguntado para comprender.
- “Me siento mal, parece que no te importo”.
- “Duele sentir que no eres importante para alguien, te entiendo. ¿En qué momentos has sentido que no me importas?»
Técnica del aplazamiento asertivo
Consiste en posponer la discusión para otro momento donde se controle más la situación:
- Comenta que no es el momento más adecuado para una discusión.
- Propón buscar otro momento en que podías hablar sobre ello con más tranquilidad.
- Hazlo de manera tranquila y clara, acogiendo los sentimientos del otro y los tuyos propios.
- “Te propongo aplazar esta conversación y seguir hablando de este tema en otro momento, ahora mismo estoy ocupada”.
Derechos Asertivos
Los derechos asertivos son los que cualquier persona puede asumir por la simple razón de ser persona, ser humano. Ponen de manifiesto el respeto y la lealtad hacia uno mismo y hacia los demás y son válidos para todas las personas, sin distinción. Son aplicables en cualquier lugar y en cualquier momento.
“Los derechos asertivos son declaraciones sobre nuestra verdadera responsabilidad para con nosotros mismos y la aceptación de nuestra condición como seres humanos, que señalan los límites prácticos de lo que los demás pueden esperar de nosotros”
(Smith, 1975)
En “The Handbook of Rational-emotive Therapy (1990)” Albert Ellis menciona que todos los derechos asertivos se derivan de 4 principales, el derecho a:
- Expresar mis creencias, deseos y sentimientos.
- Elegir cuándo y en qué ocupar el tiempo.
- Tomar decisiones sobre mi cuerpo.
- Utilizar mis pertenencias, bienes y dinero libremente.
Existen varias listas de derechos asertivos más o menos largas, aunque todas coinciden en lo fundamental. Aquí o dejo un de las más extensas:
- Derecho a que me traten con respeto y dignidad.
- Derecho a expresar mis propios sentimientos, opiniones e ideas.
- Derecho a ser escuchado.
- Derecho a ser tomado en serio.
- Derecho a ser independiente: establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
- Derecho a decir «NO» sin sentirme culpable.
- Derecho a aceptar que otros digan «NO» sin enfadarme.
- Derecho a pedir con educación lo que quiero.
- Derecho a opinar sobre mi futuro.
- Derecho a cambiar de opinión.
- Derecho a cometer errores y a ser imperfecto.
- Derecho a pedir información y ser informado.
- Derecho a descansar.
- Derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, tiempo, mientras no se infrinjan los derechos de otras personas.
- Derecho a tener éxito, a superarme, aunque por ello supere a otros.
- Derecho a gozar y disfrutar.
- Derecho a decir “no lo sé, espera que lo busco”.
- Derecho a no ser lógico.
- Derecho a vivir mi vida, no la de los otros.
- Hasta incluso, y solo en casos de mucha justificación, derecho a no ser asertivo.
Ejercer nuestros derechos asertivos supone un auténtico aprendizaje si no estás acostumbrado a hacerlo.
Se trata de una nueva forma de expresarte y puede generar extrañeza en las otras personas, que están acostumbradas a que tu respuesta no sea tan asertiva sino más sumisa, como era mi caso. Al principio, percibía reacciones de sorpresa, incluso de enfado y recriminación por no cumplir sus expectativas, lo cual me generaba duda e incomodidad al no estar resultando tan agradable y servicial como de costumbre. Poco a poco, la tensión disminuye; empecé a sentirme cada vez más cómoda expresando mi opinión y mis emociones, poniendo unos límites sanos, los míos y comencé a estar menos enfadada y más tranquila.
Conducta o comportamiento asertivo
La conducta o comportamiento asertivo es el conjunto de acciones encaminadas a expresar y defender mi opinión, criterio o pensamiento, sin agredir a las demás personas; respetándolas y respetándome y haciendo me respetar a mí misma.
El comportamiento asertivo implica la expresión directa de los propios sentimientos de la persona, de las necesidades, y de los derechos legítimos u opiniones, sin amenazar ni castigar a los demás y sin violar los derechos de las otras personas, con absoluto respeto y autorespeto.
Mantener un comportamiento asertivo contribuye a disminuir el estrés y el enfado y permite gestionar las situaciones conflictivas y desafiantes con serenidad.
Es una conducta comunicativa que si somete ni agrede, sino que es consciente, equilibrada y coherente.
Comunicación y lenguaje asertivo (enlace a artículo comunicación asertiva)
La comunicación asertiva es la capacidad de expresarse sin lastimar, ofender o herir a nadie. Un lenguaje asertivo se caracteriza por ser directo, sencillo, por poder poner en palabras y gestos la opinión propia, respetando al interlocutor.
Cuando me comunico de manera asertiva, puedo expresar lo que pienso y defender mis derechos, posicionarme.
Utilizando un lenguaje asertivo, puedo dialogar con calma mental y emocional y con respeto, porque sé que no voy a herir los sentimientos de la otra persona.
Cómo ser asertivo, ¿se puede trabajar la asertividad?
Efectivamente, la asertividad es una habilidad social que se puede trabajar para lograr su mejora y disfrutar de los mucho beneficios que aporta.
Para ser una persona más asertiva, puedes empezar prestando atención a algunos aspectos como:
Ir paso a paso
Para empezar, es mejor fijarse pequeñas metas que vayan proporcionando confianza y seguridad. SE puede empezar a poner en práctica con tu entorno más cercano. A medida que te vayas sintiendo cómodo en esas situaciones, irás ampliando el ámbito de acción.
Pensamiento positivo
Cuando, por ejemplo, mi madre me pide que la acompañe a hacer un recado y tengo mucho trabajo ese día, puedo reemplazar el pensamiento de “soy una mala hija” por “hoy no puedo por mi trabajo, aunque podría acompañarla en otro momento que nos cuadre bien a las dos”.
Aprender a decir NO
Es muy importante saber decir que no y poner límites. Eso no significa ser egoísta, maleducado o desconsiderado, que era lo que yo pensaba y me mortificaba. Al principio puede resultar muy difícil cuando no estás acostumbrado a hacerlo. Sin embargo, no podemos supeditar nuestras necesidades a las de los demás.
Las personas no tienen una bola de cristal para leer tu mente
Yo pensaba que las demás personas podían ser conscientes de lo que yo quería o necesitaba y no es así, si no digo lo que necesito no tiene porqué saberlo, no están en mi cabeza. La gente no sabe leer la mente.
¡Exprésate!
Para que los demás sepan qué necesito, qué me pasa o cómo me siento, tengo expresarme.
Una de las bases de la asertividad es la comunicación. En nuestra sociedad estamos muy acostumbrados a expresar emociones favorables, como la alegría, pero no tanto a manifestar otras menos favorables como el enfado o la tristeza. Es importante expresar nuestras emociones, decir lo que queremos conseguir, qué pensamos o qué necesitamos.
Mensajes cortos, sencillos y directos
Si no tengo una idea clara de lo que quiero exponer es muy fácil caer en discursos largos y tediosos, dónde el interlocutor pierde el punto de la conversación. Recuerda que no es necesario justificarte por expresar tu opinión, tus necesidades o tus decisiones.
Habla en primera persona
Es un hábito muy común hablar desde el “tú”. Para tener una buena comunicación asertiva hay que hacer el cambio y hablar desde el “yo”. Poner el foco en mi y no en el otro. Un ejemplo:
Hablar desde el “tú”: “Eres muy mandona, me estás agobiando.”
Hablar desde el “yo”: “A veces siento que me das muchas órdenes a la vez y me agobio.”
Lenguaje no verbal alineado con el verbal
El lenguaje no verbal es casi más importante que lo que decimos. Así que, nos podemos ayudar de él mostrando seguridad a la hora de transmitir el mensaje. ¿Cómo podemos mostrar seguridad? Con una postura relajada, una expresión facial neutral, mirando a los ojos o manteniendo un tono de voz tranquilo.
Evita los juicios de valor.
Intenta no hacer valoraciones, si alguien se lo puedes decir, pero sin entrar en juicios de valor. Es muy fácil caer en ellos cuando exponemos quejas incluso peticiones u opiniones.
Mantén la calma
Cuando las emociones son intensas, resulta más complicado permanecer consciente y es más fácil que las emociones me controlen. Esto hace que no sea realmente yo quien hable, sino mis emociones. Mantener la calma, respirar varias veces de manera profunda para rebajar la intensidad emocional es una forma de poder estar más conectada a mí misma y poder ser asertiva.
Como casi todo, requiere de algo de entrenamiento, aunque se hace más sencillo incorporarlo cuando compruebas lo positivo de los resultados.
Pregunta asertiva
La pregunta asertiva consiste en responder para pedir más información, sin cuestionar lo que me han dicho, ya sea una crítica hacia mi persona, hacia una situación que me cuesta creer o comprender, o cuando me están expresando emociones, o situaciones con las que no estoy de acuerdo.
En lugar de negar, defenderme, contraatacar, juzgar, justificar o intentar que me den la razón, utilizo la pregunta asertiva para poder abrir un espacio de diálogo, dejando claro que hemos preguntado para comprender, para poder ponernos en lugar de la otra persona, para entender verdadera y sinceramente porqué me está diciendo lo que nos está diciendo.
Falta de asertividad ejemplos
Las personas con falta de asertividad se caracterizan por varios factores en su manera de pensar, sentir y actuar. Algunos de ellos pueden ser:
- Volumen de voz tenue.
- Falta de fluidez al hablar.
- Tartamudeo.
- Inseguridad.
- Siente que no le entienden o que se ríen de él/ella.
- Preocupación por los demás más que por uno mismo.
- Sentimiento de impotencia.
- Ansiedad.
- Frustración.
Todo ello contribuya a desarrollar una baja autoestima.
Finalidad de la asertividad
La asertividad me permite comunicar de forma consciente y es la base de la confianza en
mi misma y de mi autoestima.
Poder expresar lo que siento y defender mis derechos de manera consciente, puede resultar muy gratificante. Entonces y solo entonces es posible ser auténtica y honesta conmigo misma.
Cuando soy asertiva experimento una sensación de libertad y serenidad. Solo así puedo expresar mis verdaderas necesidades. Además, me doy cuenta de que puedo ser capaz de hacer peticiones y que sean escuchadas y atendidas con mayor efectividad, de dar mi opinión de manera sosegada sin necesidad de estar tan pendiente de la reacción de la otra persona.
La asertividad me sirve para expresar también mis emociones menos agradables, esas que antes tendía a ocultar por miedo a no resultar agradable a la otra persona, puedo gestionar, canalizar y soltar mis emociones. Y las agradables con mayor naturalidad y equilibrio.
Con asertividad puedo cuestionar otras creencias desechando la idea de que las mías no son tan válidas, sintiéndome cómoda y respetuosa.
La asertividad me permite resolver conflictos del día a día sin necesidad de enfadarme o ponerme triste.
Asertividad y coaching
El coaching es una disciplina no directiva que permite el desarrollo de una sana autoestima. En algunos casos, el cliente manifiesta su inseguridad como punto débil a trabajar. Una de las consecuencias de esa inseguridad es la falta de asertividad. Cuando una persona se siente insegura, tiende a no expresarse, a no manifestar su opinión de forma verbal ni sus emociones.
Cuando la asertividad, o más bien, la falta de ella es un área de mejora, la metodología del coaching puede resultar muy efectiva.
El coaching permite identificar las creencias que hay detrás de esa falta de asertividad; “no quiero que se enfade”, “mi opinión es menos importante”, “bueno, yo me adapto”, “no quiero ser egoísta”, “tengo que hacer que los demás se sientan bien”, formas de pensar que conducen a una conducta sumisa. También en la situación opuesta, cuando la persona manifiesta una conducta agresiva. Estas formas de pensar y otras muchas más se convierten algo tan presente que impide a la persona defender su postura o hacerlo en exceso y de forma invasiva, o dar no su opinión o tratar de imponerla, a no expresar sus sentimientos por miedo a ser irrespetuosa, desagradable o no complaciente.
En cualquier caso, el coaching puede generar la conciencia suficiente para identificar estas conductas y generar los cambios necesarios para modificarlas en nuestro beneficio. Además, contribuye al análisis de alternativas que pueden mejorar la conducta y establecer e implementar las acciones necesarias para comenzar un plan de mejora de la asertividad.
Qué es la asertividad: conclusiones
La asertividad es una habilidad que nos permite expresar pensamientos y emociones, es un estilo de comunicación honesto y respetuoso. La persona asertiva puede adoptar la conducta adecuada a cada situación y verbalizar aspectos tanto positivos como negativos de otras personas siendo respetuosa consigo misma y con las demás.
La asertividad no es cualidad innata, aunque se puede aprender y practicar para mejorar. Facilita la comunicación y la resolución de conflictos y mejora las relaciones con los demás. Una persona asertiva es siempre capaz de defender y ejercer sus derechos de manera responsable, sin agresividad ni sumisión.
Una persona asertiva es capaz de cuidar de sí misma, sin ser individualista, reconociendo sus derechos y las demás personas. Se expresa adecuadamente y comprende a los otros. Goza de buena salud mental y emocional ya que reconoce, acepta y defiende su identidad.