“Ten coraje de dejarte llevar por tu corazón y por tu intuición. De alguna manera ellos ya saben lo que es realmente deseas llegar a ser” Steve Jobs
La intuición, ese destello fugaz de conocimiento que llega acompañado de una intensa sensación. Esta sensación nos hace pensar, y a veces actuar de cierta manera en algún momento de nuestra vida.
Pero casi siempre dejamos que nuestra mente racional, ese “Pepito Grillo” consciente, acalle y ponga en duda esa repentina e instantánea sensación. Habitualmente no escuchamos cuando el instinto o el subconsciente hablan, no nos educan para ello, incluso si alguna persona lo hace, se duda de su credibilidad. Por costumbre, porque no tiene base científica, porque no hay una explicación lógica ni una demostración posible. Porque la ciencia no la describe ni sabe de dónde procede.
¿Es que siempre tienen que haber una demostración científica de todo? ¿Podemos fiarnos de la intuición?
Los científicos están empezando a demostrar que la intuición puede ser más efectiva que los modelos de elección racional, que las decisiones intuitivas son eficaces.
A diferencia del pensamiento deliberativo, relacionamos la intuición con las emociones y es que cuando intuimos algo decimos que sentimos esa idea y no que la pensamos. Es algo que nos llega de repente, una sensación, como una hormiguita comienza a caminar por tu brazo y sentimos esas cosquillas y ahí está, esa idea fugaz, ese pensamiento instantáneo que nos hace pensar.
“Hay un chispazo en la conciencia, llámese intuición o como se quiera, que trae la solución sin que uno sepa cómo o por qué”. Albert Einstein.
Escuchar nuestro cuerpo, parar y notar cómo nos sentimos, saber cómo elegir el camino del corazón es aprender a seguir la intuición. La lógica puede decirte a dónde podría conducirte un camino, pero no puede juzgar si tu corazón estará en él.
¿Te atreves a seguir el camino del corazón….?
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